¡Por fin nos rellenaron los areneros!!! La arena y la humedad son malas compañeras y nos ponemos perdidos. Así que, aprovechando además que tenemos calefacción radiante y la clase está muy calentita, dejamos las zapatillas colocadas en el pasillo después del patio. De esta manera la clase no se ensucia y podemos jugar tranquilos en el suelo.