lunes, 15 de marzo de 2021

Visita de una auténtica apicultora.

 Hoy hemos recibido una gran y grata sorpresa: ¡LA VISITA DE UNA AUTÉNTICA APICULTORA! Piedad, la monitora de comedor de nuestros bombones, tiene panales en su pueblo y nos ha traído muchas cositas relacionadas con su trabajo.

Lo primero que nos ha explicado es lo que significa la palabra "apicultora". La apicultora (o apicultor) es la persona que se encarga de cuidar a las abejas y de extraer la miel de sus colmenas. Las colmenas de donde hoy en día sacamos la miel son colmenas fabricadas por el ser humano. Ya es muy difícil ver las típicas colmenas colgadas de los árboles. Como mucho se ven en los huecos de los árboles en los bosques. Pues bien, las colmenas fabricadas por el ser humano son, en su mayoría, de madera. Piedad nos ha traído una de sus colmenas:


Dentro de esa caja de madera están los panales y las abejas. En este en concreto no había ni una abeja. Las abejas entran y salen por esas pequeñas puertecitas de metal que se ven al frente cuando Piedad se las abre. Dentro de la colmena las abejas están calentitas.

Para trabajar con las abejas es necesario un traje especial. La apicultora comienza poniéndose las botas blancas. Hoy Piedad no se las ha traído. Después se empiezan a poner el mono blanco empezando por las piernas. A continuación se ponen los guantes. Estos guantes son muy largos. Llegan hasta el codo. Además, están llenos de cera que se queda pegada cuando sacan la miel.

Una vez puestos los guantes toca el turno al traje. Se pone el traje hasta el cuello por encima de los guantes. Hoy Piedad se los ha quitado para poder enseñarnos mejor todo lo que nos ha traído. Muy importante es el gorro que se ponen con una redecilla delante. Después de ponerse el gorro termina de colocarse el traje por encima. De esta manera se asegura que ninguna abeja se le cuela dentro.

Una vez totalmente vestida nos ha abierto la tapa de madera y nos ha enseñado un artilugio muy curioso que se llama "ahumador". Con el ahumador le echan humo a las abejas para relajarlas y que se queden tranquilas. 

Con una especie de gancho extrae un panal de dentro de la colmena. Nos ha enseñado todas las celdas chiquititas que componen ese panal.



Cuando las abejas entran en el panal se ponen a trabajar y las celdas chiquititas las hacen grandes para que la reina pueda poner en ellas los huevitos y también para guardar el néctar y el polen que recogen.




La apicultora necesita un cepillo largo y con unas cerdas muy, muy suaves para quitar las abejas que puedan quedar en el panal cuando lo saca.

Una vez que no queda ninguna abeja Piedad coge un cuchillo especial tan largo como el cepillo para sacar la miel. Todo lo que va escurriendo de los panales lo va introduciendo en una cuba gigante (más alta que ella) y con un grifo abajo. Cuando quiere miel, abre el grifo y recoge la miel en un recipiente.

Y, por último, Piedad nos ha regalado un botecito de miel a cada uno. La mayoría de los bombones se han atrevido a probarla. ¡Incluso los que decían que no le gustaba! Mucho repitieron metiendo el dedo una y otra vez. Las fotos que les he echo probándola de manera individual os las enviaré personalmente a vuestros correos.

En resumen, ha sido una experiencia maravillosa y los peques han terminado encantados. Mañana, como agradecimiento, le vamos a regalar a Piedad una colmena de jabón:


¡ME ENCANTA MI TRABAJO!